Dentro de los muchos misterios de nuestra vida, una de las más grandes preguntas que se ha hecho el hombre es ¿Cuál es el origen del Universo? Seguramente, si lográramos descifrarla, sería mucho más fácil entender todo lo que nos rodea, y lo que nos espera en un futuro no muy lejano. Una de las teorías más populares para tratar de dar respuesta a esta pregunta, es la llamada Gran explosión: Big Bang.
Antecedentes
Para poder entender
más a profundidad, cabe destacar que en el siglo XX todo comenzó a cambiar. A
principios de este siglo los científicos pensaban que el Universo era estático
y eterno, es decir, que no había un origen. Pero en 1920 todo dio un giro de
360°. El astrónomo Edwin Hubble descubrió que las galaxias no eran estáticas,
más bien, estaban en constante movimiento, alejándose de la Tierra. A esto se
le conoce como “Ley de Hubble”, siendo la primera prueba del Big Bang.
A partir de ésta, es
como se fueron dando cuenta que en algún momento toda esta materia (planetas,
galaxias, etc.) debió de haber estado junta. Fue así como en 1927 el astrónomo
belga Georges Édouard Lemaître sugirió que, “en el tiempo cero, toda la materia
y energía del Universo se hallaban comprimidas en una gigantesca masa, cuyo
diámetro no rebasaba unos cuantos años luz, a la que Lemaître llamó: el huevo
cósmico”.
En 1948 George Gamow
modificó la teoría de Lemaître. Gamow planteó que el Universo se creó en una
explosión gigantesca y que los diversos elementos que hoy se observan se produjeron
durante los primeros minutos después de la Gran Explosión o Big Bang, cuando la
temperatura extremadamente alta y la densidad del Universo fusionaron
partículas subatómicas en los elementos químicos.
¿Qué nos dice la teoría del Big Bang?
En pocas palabras,
esta teoría nos dice que hace aproximadamente unos 15 mil millones de años, no
había nada, todo surge de un gran estallido o explosión. Es difícil creer que
el universo nació de algo sumamente pequeño, incluso más pequeño que un átomo,
ya que todo se concentraba en ese punto, donde estaba toda la materia cósmica,
con muchísima energía. Debido a la alta densidad y temperatura, explotó.
¿Qué pasó después?
Inmediatamente
después de la gran explosión, la energía comenzó a expandirse, y las leyes de la
física empezaron a cobrar forma; la primera fuerza en aparecer fue la gravedad.
En menos de la
millonésima de la millonésima de la millonésima de la millonésima parte de un
segundo, todo el espacio se dispersó, y aumentó tanto su tamaño (análogamente
es como decir que en el mismo tiempo una pelota de golf creciera hasta alcanzar
el tamaño de la tierra). A esta fracción de segundo se le conoce como tiempo de
Planck.
Para ese entonces el
universo cabía en la palma de una mano. Pero en una fracción de segundo alcanzó
el tamaño de la Tierra, y después alcanzó el volumen de nuestro sistema solar.
La energía aún tenía una alta temperatura, y al expandirse ésta iba
descendiendo. La energía se transformó en materias (E=mc2) y se
crearon partículas subatómicas inestables.
Sin embargo, además
de la materia común se creó la “antimateria” cuya única diferencia es que tiene
la carga opuesta a la normal. Si el universo tuviera la misma cantidad de
ambas, no quedaría nada, ya que ambas se eliminarían. Hubo un choque entre sí,
la materia sobrevivió y después de esto se crearon las partículas subatómicas
que hoy conocemos, comenzándose a unir para formas los primeros átomos simples,
como el Hidrógeno y el Litio.
Lo único que había
era una nube de electrones y los científicos calculan que pasaron unos 380 mil
años antes de que estos redujeran su velocidad y se estabilizaran para formar
átomos diferentes.
200 millones de años
después, surgieron las primeras estrellas, e iluminaron el Universo como fuegos
artificiales. Mil millones de años después del Big Bang se crearon las primeras
galaxias. Hasta que hace unos 5 mil millones de años nuestro sol comenzó a
resplandecer.
9 mil millones de
años después del Big Bang se creó nuestro Sistema Solar y con él, nuestro
planeta Tierra.
La expansión del Universo
continúa hasta nuestros días, y no se sabe que pasará, sin embargo, con cada
nuevo descubrimiento nos vamos acercando más y más a conocer la historia del Universo,
y con esto al origen de nosotros mismos.